martes, 19 de abril de 2016

Amokachi, DT en club finés

[Vía Fifa.com] Se mudó a Finlandia a finales de enero, para asumir el puesto de entrenador del JS Hercules, equipo de la segunda división, y vivió algo que nunca había experimentado antes.Y no hablamos de su iniciación como técnico en Europa, al frente de un conjunto semiprofesional. Lo más impactante para Daniel Amokachi cuando llegó a Oulu, ciudad situada a dos horas por carretera del círculo polar ártico, fue el clima tan distinto de su Nigeria natal.

“El término no era ‘congelado’, eso sería quedarse corto. ¡Cuando llegué había una temperatura de -35° centígrados!”, dice riéndose, en una entrevista exclusiva con FIFA.com. “Venía de un país, Nigeria, en el que hacía un calor abrasador, de unos 38°. El día anterior al viaje, consulté el pronóstico del tiempo con mi mujer y ella bromeó: ‘¿De verdad quieres ir?’ [risas]. Yo dije: ‘¡Por supuesto!’. El clima de Finlandia es un obstáculo, pero, como todos los obstáculos cuando se intenta conseguir algo, hay que dejarlo a un lado”.
Los campos al aire libre están congelados, de momento todo lo que hacemos es bajo techo. Hay varios equipos más que están utilizando las instalaciones, y resulta difícil conseguir una cancha completa, eso dificulta la implantación del programa que queremos aplicar. Pero yo soy nigeriano, africano. Estoy acostumbrado a los retos, y me encantaría superarlo”, asegura el campeón de la Copa Africana de Naciones 1994.

Amokachi fue ayudante del seleccionador de Nigeria, y posteriormente llegó a dirigir de forma provisional a las Súper Águilas, de modo que su presencia en un equipo semiprofesional ha sorprendido a mucha gente. En opinión de Amokachi, el cargo reviste una importancia personal enorme. A sus 43 años, describe este trabajo como “el mayor desafío” de su carrera como técnico, y aspira a triunfar en el equipo para que aumente el número de entrenadores africanos en el continente europeo.

Es mi primera experiencia como técnico en Europa, aquí no hay muchos africanos en el puesto de primer entrenador”, explica el antiguo astro del Brujas, el Everton y el Besiktas. “Me han proporcionado un escaparate para demostrar lo que puedo hacer, y si lo hago bien eso abrirá las puertas a otros técnicos de África”.

Centrarse en la selección 
Nigeria se ha proclamado campeona continental en tres ocasiones, pero no disputará la Copa Africana de Naciones 2017. Las Súper Águilas sufrieron una derrota en la fase previa a manos de Egipto, que se adjudicó el único puesto clasificatorio de la liguilla para el certamen que se celebrará en Gabón. Así, y a pesar de su condición de potencia del continente, se perderán dos torneos africanos consecutivos.

Cuando los jugadores vuelven a África para jugar con la selección se olvidan de cambiar psicológicamente. Es algo que nos causa ciertos problemas”, analiza Amokachi, asistente en su selección la última vez que ganó el torneo, en 2013. “Al jugar en Europa, todo es profesional de principio a fin, y luego, al volver a África, asuntos como el transporte y el alojamiento pueden dejarlo a uno perplejo”.

A algunos jugadores se les olvida adoptar de nuevo el enfoque africano cuando vuelven, y eso siempre hace que rindan a un nivel inferior al de sus clubes. Estoy convencido de que eso ha influido en que Nigeria se haya quedado fuera de dos campeonatos consecutivos. Para un país como el nuestro no es aceptable quedarse fuera del torneo, pero así es el fútbol. Hará que se reaccione y se diga: ‘Tenemos mucho trabajo por delante”.
La conquista del oro en Atlanta 
Durante su etapa de jugador de las Súper Águilas, Amokachi conoció de primera mano el éxito que depara el esfuerzo. En agosto de 2016 se cumplirán 20 años del día en que Nigeria hizo historia en el fútbol olímpico al convertirse en el primer equipo africano que se colgaba la medalla de oro.

Amokachi, apodado El Toro, fue una pieza fundamental de aquel combinado nigeriano, en el que figuraban ídolos nacionales como Jay-Jay Okocha, Taribo West y Nwankwo Kanu, entre muchos otros, y vio puerta en la final, cuando su equipo remontó un resultado adverso y se impuso a Argentina.

Para el país, el triunfo nigeriano tuvo una relevancia mayor si cabe, puesto que fue más allá del propio fútbol, y sirvió de ejemplo de cómo el deporte rey puede suponer una tregua cuando las circunstancias son difíciles.

Por aquel entonces las Naciones Unidas habían impuesto sanciones a Nigeria, y el juego que desplegamos durante los Juegos Olímpicos hizo que los nigerianos se olvidasen de los problemas que atravesaban, centrándose en el fútbol”, recuerda Amokachi. “Y la forma en que lo hicimos nos dio una alegría inmensa, al enfrentarnos a los pesos pesados de Sudamérica, y luego remontar frente a rivales como Brasil en la semifinal y Argentina en la final”.

Ser deportista olímpico y ganar una medalla de oro fue una experiencia increíble. Es algo que recordaré con cariño toda la vida”, concluye.

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