miércoles, 24 de noviembre de 2010

Exposición "Balones de África"

[Vía Elmundo.es] Las armas de Javier no disparan balas, al apretar el gatillo descarga una batería de fotografías. En su cruzada nadie resulta herido, salvo la injusticia. Carrete a carrete desenmascara la crueldad a la que África somete a sus hijos. Una exposición reseña su periplo viajero en el que el protagonista es un balón de fútbol.

Los hay de bolsas de plástico, de piel de animales o de hojas de banano. Cualquier cosa vale siempre y cuando pueda adoptar una forma esférica. En África la gente no tiene posibilidad de comprar un balón, la imaginación es el paso previo para jugar un partido.

La exposición 'Balones de África', del fotógrafo madrileño Javier Martínez, sitúa a esta esférica figura como piedra angular de un viaje de 17 meses por el continente africano. "El fútbol es un claro ejemplo de que no hace falta mucho para poder disfrutar", asegura el artista.

La muestra, organizada por Unicef, se expone en la sede de esta organización en Sevilla hasta el 15 de diciembre. La iniciativa cuenta con la colaboración del jugador sevillista Frederic Kanouté a través de su fundación.
Desde Namibia a Madagascar, pasando por Malawi, Zimbabwe, Burundi, Ruanda, Mozambique, Somalia. De norte a sur, de este a oeste. "Nunca me sentí solo", confiesa el autor de las instantaneas, Javier Martínez. Con su mochila y su cámara como únicos compañeros de viaje, el fotógrafo revela la precariedad que día a día mata a cientos de niños en ese continente.

La salida: el deporte
"El fútbol es fundamental en el desarrollo psicosocial de los menores", afirma el presidente de Unicef en Andalucía, Ricardo García. A través del deporte "se sobrellevan mejor las adversidades" y éste se hace "fundamental en momentos de crisis y conflictos armados", enfatiza García.

Las fotografías muestran a niños descalzos jugando, entre guijarros y un sol inclemente, con balones improvisados artesanalmente. "El fútbol es una pasión, un sueño que se pueden permitir", esgrime el artista. "Sólo algunos pocos lo han conseguido", lamenta.

"Las fotos me traen bonitos recuerdos, cuando jugaba con sus amigos con estas pelotas", asegura Kanouté recordando su primer viaje a Mali con nueve años. "No queremos dar pena sino un sentido de esperanza y alegría", confiesa el delantero. Las instantáneas "muestran la ilusión de los menores africanos, que tienen en el fútbol un vector de integración", confirma. "El deporte traerá un futuro mejor a estos niños", esgrime.

La Fundación a la que da nombre está desarrollando, entre otros, un proyecto llamado la 'Ciudad de los niños'. Un complejo de casas para que los más pequeños puedan desarrollarse, en un ambiente familiar, para convertirlos en valiosos contribuidores a la sociedad. Ejemplos como el de este futbolista dan alas a la ilusión de muchos niños africanos. Mientras que rueda el balón, los niños olvidan parte de sus problemas. "Diversión y poder jugar en alguna de las ligas europeas es la fuerza que los mueve", asegura el fotógrafo.

Pero, en su debe, una espina clavada: no haber podido sacar una sonrisa en el campo de refugiados de Kivu, al norte de la República Democrática del Congo. En la actualidad, Javier Martínez se encuentra en Indonesia. El objetivo de su cámara es testigo un nuevo viaje en bicicleta por Asia. Un periplo que narra en su blog, www.bicicleting.com.

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