jueves, 21 de octubre de 2010

De África a Navarra

[Por Ana Cabanillas en Diario de Navarra] Francis Omoruyi y Mamadou Lamine son dos jugadores del Ribaforada. Aunque uno de Nigeria y otro de Senegal, tenían algo en común: estaban locos por el fútbol. Los dos partieron desde África Occidental y ahora están en Navarra. Ambos tienen historias paralelas, pero no fue hasta hace apenas tres meses cuando sus vidas se cruzaron en el club navarro.

Francis, nigeriano de 31 años, salió de su país cuando aún no había cumplido los veinte. Siempre había jugado en Nigeria y su ilusión era "ser futbolista". Desde los 16 años estuvo en Segunda División en su país, pero no era suficiente para él. Tenía un proyecto ambicioso. "Vine a España para jugar y mejorar mi carrera futbolística. Por eso salí de mi país", comenta. Pero las cosas no fueron fáciles. A su llegada intentó entrar en algunos equipos, pero en varios meses sólo obtuvo negativas. Para Francis no hubo suerte y tuvo que cambiar de planes. "Vi que no había manera, y empecé a trabajar en el campo", explica.

Pasaron tres años y casi había perdido la esperanza de encontrar un club, pero lo bueno estaba por llegar. "Un domingo estaba jugando al fútbol y un entrenador me vio y me llevó a su equipo". Y así fue como entró en el Corellano. Fue su primer contacto con el fútbol español y navarro. Después vino el Fontellas, y desde hace tres meses está en el Ribaforada. "Le vi jugar y me pareció muy bueno", justifica Alfredo Lostado , el entrenador del club.

Francis advierte la diferencia que hay entre el fútbol español y nigeriano. "Aquí nos tratan muy bien a los jugadores. Si alguien está mal o tiene una lesión, el equipo te ayuda", dice. "Allí te tienes que buscar la vida, es tu problema".

Mamadou tiene ahora 21 años, y a los 13 emigró a Luxemburgo. En 2004 aterrizó en Zaragoza y empezó a jugar equipos como el Monzalbarba o Utebo. Hace un par de meses se trasladó a Ribaforada y no dudó en acercarse al campo y hacer las pruebas. Desde entonces está en el club, donde conoció a Francis. "Cuando llegué y vi que estaba él me sentí mucho más cómodo", comenta Mamadou. Los dos compañeros se sorprenden de la buena acogida que han tenido: "Nos tratan muy bien. El entrenador y el presidente están muy pendientes. Si hubiera encontrado personas así cuando llegué, en mi fútbol, en mi carrera, hubiera triunfado", apunta.

Por su parte, el entrenador del Ribaforada, se muestra contento con los nuevos fichajes. "Estamos encantados, son dos personas excelentes y sólo quieren jugar y pasarlo bien". Parece que la integración de Francis y Mamadou (Lamine, como le llaman en el terreno de juego) ha sido completa, y ante la pregunta de si han tenido problemas por ser extranjeros, Mamadou contesta rotundamente: "no creo que se enfaden porque sea extranjero; si fuera así ya me habría ido. No podría jugar porque no estaría cómodo. Para mí somos todos iguales".

Aunque no todo ha sido fácil para ellos, están ilusionados en poder ayudar a su nuevo equipo, pero dejan claro que "sólo entre todos lo sacarán adelante".

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